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LA DIANETA DE DIANELA
Por Dianela Puerto
Mucha incongruencia y muy poca madre.
Y es que en verdad no logro entender cómo es que, por un lado el gobierno del estado pide –de dientes para afuera- a la gente que se cuide ante la nueva ola de coronavirus, que pone a Quintana Roo al borde del color rojo en el semáforo epidemiológico, y por otro lado, los candidatos (todos, sin importar colores) siguen con sus campañas, acompañados de sus colaboradores y hablando de frente con quienes se dejan, con la venia de la autoridad estatal.
Vamos por partes: Supuestamente el principio de todo candidato es ofrecer bienestar a usted, a mí, a toda la población. Sin embargo, al hacer campaña y hablar con la gente, realizando incluso pequeños mítines, lo que hacen es poner en riesgo a todos, o sea que hacen lo contrario a su supuesto objetivo principal.
Desde ahí como que la puerca empieza a torcer el rabo ¿no?
La situación actual, al menos en Quintana Roo, no está como para estos menesteres, pues el horno no está para bollos. Lo mejor sería aplicar mecanismos en los que los candidatos eviten la presentación de sus propuestas y el convencimiento público, a través de caminar en las calles y del diálogo frente a frente.
Seguir haciendo esto es una barbaridad, una sinrazón que bien merecería ser sancionada hasta con el retiro de la candidatura.
Está visto que hoy como nunca se debe privilegiar la salud, las vidas humanas, por supuesto por encima de la economía. Está claro que hacer lo contrario –como lo ha venido haciendo el gobierno de Carlos Joaquín- es totalmente contraproducente.
Hoy en materia de salud el estado está en el punto más álgido. Este ha sido el gobierno estatal que peor ha tratado el tema de la pandemia, priorizando la recuperación de la economía, lo que ha dado como resultado más contagios, más muerte y la enorme posibilidad de que mercados turísticos emitan alertas de viaje contra el Caribe Mexicano, la zona más contagiosa de México y quizá de América.
Entonces, privilegiar la recuperación económica ha traído más contagios, más decesos, lo que generará miedo a los turistas que, por ello, dejarán de venir, lo que a su vez provocará el regreso al confinamiento, el cierre de hoteles, más desempleo, el retorno a clases sin fecha cercana, etcétera.
Pero este gobierno estatal no sólo ha privilegiado la economía sobre la salud, sino también la política. Prueba de ello es que se sigue permitiendo la realización de campañas sin mayores medidas de prevención sanitaria, y se ha negado el cambio al color rojo por temor a la aplastante losa que eso representaría en tiempos electorales.
¡Plum!
Pero la gente no es tonta y este gobierno del estado lo pagará muy caro en las urnas.
Con la vida y con la salud no se juega!