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EL PLAN “C” SE LLAMA MOVIMIENTO Y SE APELLIDA CIUDADANO
Análisis de Rafael Martínez-Cristo
“Si Morena postula a una vaca, gana la vaca”, reza una muy sobrada frase acuñada por los morenistas, en estos tiempos en que el partido guinda goza de una moda electoral. Sin embargo, el cuadrúpedo bien podría ser víctima de oscuros acuerdos en diversas posiciones para 2024, propiciados éstos a conveniencia de las más altas esferas de esa fuerza política.
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Tras darse contra la pared con su “reforma electoral” y enardecido por la forma en que el bloque opositor bateó sus iniciativas “A” y “B”, el presidente anunció un “Plan C” que no es más que vengarse del PRI, PAN y PRD para cerrarles el paso, a fin de que estos partidos no obtengan “ni un solo sufragio”.
Pues bien, para lograr su cometido, el siempre obstinado jefe del Ejecutivo ha diseñado una estrategia, un Plan C cuya consecución tendría nombre y apellido: Se llama Movimiento y se apellida Ciudadano.
Claro está que por más jefe simbólico de Morena, por más Presidente de México, y por más empecinado con sus ideas, López Obrador no podrá maniobrar el sentido del voto en 2024, pero sí puede crear formas de manipulación:
La primera de ellas, la más importante y evidente, es la entrega de dinero a través de supuestos programas sociales (definidos por algunos como clientelares) para obtener el voto en agradecimiento. Sin embargo, en 2021 quedó claro que esto no es suficiente, al no lograr la mayoría calificada que le permitiera realizar las reformas constitucionales a sus anchas.
Por ello, en marzo pasado, AMLO se decidió por una segunda estrategia denominada Plan C, que dicho por él, será cerrar el paso a la oposición: “Ni un voto para ellos”, dijo muy orondo y un poco ardido.
Para lograr su estrategia, que llevaría a Morena y anexas (PVEM, PT y quizá MC) a conformar una mayoría legislativa capaz de reformar la Constitución y palomear las controvertidas cuentas públicas del lopezobradorato, sin atisbar siquiera al otorgamiento directo de obras (sin licitación), el presidente requiere: Crear o aliarse con partidos como Movimiento Ciudadano para, de manera furtiva, empoderarlo con candidatos fuertes, y obvio, cediéndole posiciones.
Entonces la vaca empezaría a flaquear.
Aquí es donde el partido de Dante Delgado Rannauro se relame los bigotes, sabe de la importancia que hoy reviste su instituto, al ubicarse como la manzana de la discordia, como el fiel de la balanza para 2024.
Y sabe también la terquedad de AMLO por conseguir sus objetivos, casi a costa de lo que sea, sin miramientos, consciente que quizá su pellejo estaría en juego.
Por eso es que hasta ahora MC mantiene el silencio, sin dar a conocer nombres de posibles candidatos. El partido está a la espera, está en la negociación y está con manopla en mano, cachando nombres de políticos bien posicionados que no fueron tomados en cuenta por sus partidos.
¿Cómo quiénes?
Quizá Marcelo Ebrard para la presidencia de México. Tal vez en el caso de Quintana Roo, el actor y empresario Roberto Palazuelos, para la senaduría. Igual pudiera ser Marybel Villegas para la presidencia de Benito Juárez y Ludivina Menchaca para la de Puerto Morelos (estas últimas vistas juntas recientemente en placentero viaje vacacional).
Hay muchos nombres en la baraja de Movimiento Ciudadano con evidente posicionamiento, con buena aceptación ciudadana, ya sea para apoyar a AMLO-Morena y cerrarle el paso al PAN-PRI-PRD, y otros para ganar posiciones a favor de la causa naranja.
AMLO tendrá que ceder posiciones a MC si lo que quiere es enviar al frente opositor al tercer lugar (consumando su venganza), obtener la mayoría en el Congreso para modificar la Constitución y continuar con su 4T y, sobre todo, salvar su pellejo…
En caso contrario, la franquicia de MC pudiera negociar con el Frente Opositor y entonces sí, la vaca guinda morirá de inanición.
Veremos…