EN NUEVE MESES TODO PUEDE PASAR
Análisis de Rafael Martínez Cristo
Tras una cinco años de tropiezos, mentiras, malas decisiones, cortinas de humo y hasta autoritarismo, el régimen lopezobradorista hoy da un vuelco que lo coloca en las nubes, en lo más alto ante la opinión pública, producto de cuestiones propias y ajenas como el fortalecimiento del sistema cambiario (haya tenido o no alguna intervención en ello), el arranque de operaciones de magnas obras como el tren maya y la refinería de Dos Bocas, así como la disminución en el precio del gas doméstico y el descenso en los niveles de pobreza, con 5 millones de mexicanos que salieron de esa condición, según INEGI y Coneval.
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Todo ello, toda esta bonanza ocurre justo al cuarto para las doce, justo cuando va a iniciar el proceso electoral rumbo a los comicios de 2024, cuando México elegirá a quien habrá de suceder a Andrés Manuel López Obrador en la presidencia de la República, lo que catapulta a su partido Morena.
Cierto es que aún falta ver lo que quizá fue su mayor promesa de campaña, lo que tal vez lo llevó al triunfo en 2018: Bajar el precio de la gasolina, hecho que se ha convertido en una “mentira histórica” que repudiaron los mexicanos, aun cuando millones de escondieron su enfado bajo el tapete, al recibir las “caricias” vía “programas sociales”.
Y toda esta celebración de hechos que se conjuntaron de manera reciente, y que es reconocido y enarbolado por Morena, caerá en cascada hacia los estados y municipios a favor de aquellos que serán candidatos a senadores, diputados (federales y locales), gobernadores (excluido Quintana Roo) y Ayuntamientos.
Así es, esto podría tratarse casi de un home run con casa llena.
Sin embargo, los morenistas no deben echar las campanas al vuelo, cuando aún faltan nueve meses para el día de las elecciones, cuando aún faltan nueve meses en los que la oposición deberá trabajar y responder, y cuando aún faltan nueve meses en los que sin duda saldrán a relucir algunos trapitos al sol y la explicación a algunos pendientes, como el otorgamiento de obras sin licitación.
Faltan, pues, nueve meses, suficiente tiempo para crear, para construir lo que bien pudiera convertirse en el “Waterloo” o el “Watergate” del lopezobradorato.
Hoy los fans del político macuspano están de plácemes, se rinden ante el trayecto del tren maya, se rasgan las vestiduras ante la fortaleza del peso, pero esto de poco servirá si se esclarecen los multimillonarios contratos de adjudicación directa hechos por el actual régimen y, en su caso, resultan ser ilegales.
Ahí se asomaría el otro lado de la luna, la tortilla daría la vuelta, en un acontecimiento histórico, sí, pero que a pocos sorprendería.
Y decimos que no sorprendería no sólo por la total falta de transparencia e ilegalidad en que ha incurrido este gobierno en el otorgamiento de contratos, sino porque un ejército de personas, de gremios, de sectores enteros que han sido agraviados por el Presidente durante estos cinco años, se encuentran listos para dilucidar, para sacar a la luz, todo lo que López Obrador tiene escondido, en la opacidad. Entre ellos, prestigiados periodistas, políticos y el Poder Judicial Federal…
Entonces, que nadie se diga sorprendido si en estos nueve meses resulta que ese batazo no fue home run, no rebasó la cerca, sino que un guante se elevó para interponerse y atrapar la esférica para cantar ¡out! Con consecuencias catastróficas para quienes hoy cantan y bailan…
**Rafael Martínez Cristo. Periodista y analista político. Egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con amplia trayectoria en medios nacionales (en redacciones de la CDMX) y de Quintana Roo. Cuenta con reconocimientos estatales y nacionales.
