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AGUAKÁN ¿MALDICIÓN ETERNA?// Tiro Directo, Por Rafael Martínez Cristo

Tiro Directo

Rafael Martínez Cristo

Un inmenso tejido de corrupción se enlaza entre los gobiernos estatal y municipales de Quintana Roo con la siempre polémica empresa Aguakan, cuyos billetazos y artilugios legales le han permitido continuar contra viento y marea con la distribución del agua más cara y de menor calidad en el país, en una maldición para Cancún, Playa del Carmen, Isla Mujeres y Puerto Morelos, que parece no tener fin.

Desde 1993, cuando se concesionó la distribución del agua “potable” en Cancún, Aguakan se la ha vivido entre la controversia y las duras críticas, pero que hasta ahora, no le han movido un ápice.

Carlos Joaquín se ha encargado de deshacer o de tirar al caño todo aquello que tenga un tufo a su antecesor Roberto Borge. Todo, excepto la extensión del contrato de concesión para esta empresa realizada en diciembre de 2014, hasta por 40 años, obvio, a cambio de millones y millones de pesos.

De hecho, el gobierno de Carlos Joaquín se las ingenió para que no procediera la consulta pública que se tenía contemplada para el mismo día de las elecciones de junio de este año, a fin de que los ciudadanos votaran si Aguakán debía desaparecer o no. Ya todo estaba listo, hasta el Ieqroo estaba preparado para la realización de este referéndum, pero el ejecutivo estatal, a través de Sefiplan decretó lo contrario: “No hay dinero para pagar esa consulta”. Y punto, no se habló más del tema.

Y a sabiendas de que la gente en esos municipios vomita a la empresa Aguakan, los políticos la han tomado como bandera electoral para asegurar que “en caso de ganar las elecciones, pugnaré por terminar con la concesión”. Pero a la postre, lamentablemente, la empresa se sale con la suya, “convence” ($$$) a las nuevas autoridades, y a seguir distribuyendo la misma cochinada que consumen más de un millón de pobladores.

Seguramente aquellos que buscarán las candidaturas a la gubernatura para 2022 ya tienen en su agenda el “firme compromiso” de terminar con el pésimo y costoso servicio de Aguakan, como lo ha hecho desde hace meses la senadora Marybel Villegas.

Es momento que la ciudadanía y la ley se impongan. El presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que el agua no puede ser privatizada, que es un bien indispensable de todos los mexicanos y que se debe terminar con ese tipo de concesiones.

Entonces, la concesión de Aguakán es costosa, pésimo servicio e ilegal porque el agua no se puede concesionar, y además, esta empresa incurre en la ilegal práctica del monopolio, ya que no hay otra que brinden el mismo servicio.

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