EL RADAR: LA CRUZAZULEADA DE MORENA// Columna de Rafael Martínez Cristo

CRUZAZULEADA DE MORENA

EL RADAR

Rafael Martínez Cristo

El partido Morena y sus aliados están envueltos en una verdadera encrucijada en la que ellos solos se metieron, rumbo a la jornada comicial del 6 de junio. Creyeron que si en Quintana Roo postulaban a una vaca, ganaba la vaca, pero hoy se dan cuenta que el escenario no está tan fácil.

Cierto es que la alianza “Juntos Haremos Historia” cuenta con probados candidatos a las presidencias municipales en la zona norte del estado, en especial en Solidaridad, en Puerto Morelos y en Benito Juárez.

Sin embargo, en el apoyo que los aspirantes a las diputaciones tendrían que brindar a los candidatos a presidentes municipales, lo cierto es que, salvo Laura Fernández Piña, los otros tres representan rémoras que lejos de ayudar, estorban y hasta pudieran restar votos.

Así es, Laura Fernández Piña, la candidata de “Juntos Haremos Historia” al Distrito 04 es hoy una de las políticas con mejor trayectoria y mayor reconocimiento en Quintana Roo, cuya carrera continúa en ascenso con base en el trabajo y el talento mostrado a través de los años.

Pero en el caso de los otros tres aspirantes a diputados de esa alianza resulta triste y hasta preocupante para la causa morenista ver la forma tan despectiva en el que la gente (muy cercana a esta coalición) los cataloga, los tacha, los apoda.

En el primer caso, en el de Juanito Carrillo, todos sabemos el papelote que hizo como alcalde de Isla Mujeres, en el que se dedicó a chapear parques y pintar banquetas, mientras entraban toneladas de billetes a la caja municipal por los enormes negocios de la zona continental, y a pesar de ello, su lema permanente fue “no tenemos dinero”.

El último bastión visible del Borgismo en la entidad, aquel que decía con gran orgullo y se rasgaba las vestiduras por el desprestigiado ex gobernador, hoy busca la diputación por el Distrito I, una demarcación en donde la gente no lo quiere ver ni en pintura.

En el segundo caso, Anahí González, es todavía más rechazada que Juanito Carrillo en su respectiva demarcación, ubicada ésta al sur, en donde la gente mantiene una férrea defensa al nativismo y exige que sus representantes, al menos hayan vivido ahí durante años.

Y lo cierto es que Anahí ni siquiera conoce la demarcación que le tocó competir (basta con ver una video-entrevista que le hicieron, con respuestas sumamente lamentables). Desde que fue designada como dirigente estatal de Morena, Anahí causó enorme sorpresa en el seno del partido, sin embargo, muchos lo explican por la enorme cercanía que, dicen, tiene la candidata con Rafael Marín Mollinedo, personaje que se lleva de piquete de ombligo con el Peje, allá, dentro de las oficinas de Palacio Nacional.

Pero por si esto fuera poco, quizá resulta aún más reprobable el caso de Alberto Batún, candidato por el Distrito 03 y quien ha sido bautizado como “Juanito”, en alusión a aquel personaje que López Obrador puso como candidato en la una delegación de la ciudad de México para ganar, y entonces ser sustituido por su suplente.

Y la misma acción discriminatoria pretende hacer Morena con Batún, al mandarlo al matadero, a la campaña como el candidato indígena para jalar votos y, una vez que gane (si es que gana) ser remplazado por su suplente (previo a un suculento acuerdo), Hugo Alday, quien es familiar directo del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, así como ex yerno de Joaquín Hendricks Díaz.

Veremos cómo concluye esto. Sin embargo, desde antes de iniciar la elección se pudo advertir una fenomenal “cruzazuleada” de Morena y allegados en los distritos 1, 2 y 3, en donde “la tuvieron, eeeera suya…¡y la dejaron ir!”, con candidatas de gran capital político como Mildred Ávila.

En fin, dicen que el interés tiene pies y que el que por su gusto es buey, hasta la coyunta lame.

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