EL LEGADO DE MARA// Arena Blanca

 

EL LEGADO DE MARA

ARENA BLANCA

Rafael Martínez

Dice una máxima: “El trabajo dignifica a la persona” y se agregaría: “… porque la hace sentir capaz, útil, necesaria, autosuficiente y perteneciente a una sociedad activamente económica. Ganar algo por tu propio esfuerzo, sin que nadie te regale nada, es parte del proceso de realización personal.

¿Por qué vienes esto a colación? Precisamente por el momento que atraviesa Quintana Roo.

Así es, mientras que a unos ya se les queman las habas por abandonar el barco, por tirar la toalla, otros ya quieren entrar a gobernar, a trabajar por el estado, a demostrar que sí se puede y lograr ese compromiso al que llamaron: “El cambio verdadero”.

SUGERIMOS… SE COLOCA MARA COMO UN REFERENTE DE MORENA EN EL SURESTE// Arena Blanca, Rafael Martínez

Al fin, este 24 de septiembre termina no sólo una administración, sino que se cierra el ciclo de una serie de gobiernos paridos por el influyentismo, por el dedazo y dominados por la ley del menor esfuerzo (o nulo) para dar entrada, un día después, a una administración de la que se espera mucho, de la que se sabe que su principal sello será el trabajo, la capacidad, la creatividad y la gestión.

Ahora Mara Lezama tendrá un mucho mayor margen de maniobra que el que tuvo al gobernar Benito Juárez y sin embargo, la aún alcaldesa con licencia hizo por Cancún mucho más, pero mucho más que al menos los últimos siete presidentes municipales, juntos.

El legado de Mara como alcaldesa de Benito Juárez ahí quedará para siempre, con la consecución de obras de enorme calado como la rehabilitación completa del bulevar Colosio y el puente sobre la laguna Nichupté.

Si bien es cierto es que se trata de una inversión federal, también es cierto que ésta se logró gracias a la cercanía, a la gestión y a la confianza que inspira Lezama Espinosa en el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador.

Antes, los gobiernos estatales sólo se dedicaban a tapar los baches de la principal entrada a Cancún y también salida rumbo a la carretera turística más importante de México y al segundo aeropuerto del país, lo que dejó esta vía en algo parecido a una zona minada, donde cientos o miles de autos dejaron embarrada la suspensión.

Y no es exagerar.

También decía mi abuelo: “No hagas muchas cosas mal o al aventón. Haz las más que puedas, pero siempre a conciencia y bien hechas. Así ganarás el reconocimiento”.

Lo anterior viene porque en diversas colonias existe cierto resquemor por el estado de sus calles. Pero –de nueva cuenta- viene a relucir el mal trabajo realizado por anteriores administraciones municipales, las que bacheaban o hasta rehabilitaban arterias de la ciudad, lo que en un principio quizá lucía espectacular, pero que en realidad fueron obras de relumbrón, con una capa de asfalto tan delgada que parecía alka seltzer, efervescente con la primera lluvia.

Todas ellas, nos dicen de primera mano, serán rehabilitadas con obras bien realizadas, lo que resulta obvio, lleva su tiempo.

Y ni qué decir del tema de seguridad pública. Mara Lezama sabe bien que se trata del principal y justo reclamo de la sociedad.

Al respecto, también nos comentan que la gobernadora electa mantiene especial interés en recuperar la paz de la población, en crear cuerpos policíacos que brinden certeza y seguridad, bien coordinados con las fuerzas federales para cerrarles el paso a los delincuentes.

En este sentido, nos llega a la memoria lo ocurrido en aquel 9 de noviembre, cuando agentes de la policía dispararon contra una manifestación feminista, a las afueras del Palacio Municipal de Cancún, evento en el que tres o cuatro personas resultaron heridas, entre ellas dos periodistas.

Minutos más tarde, la entonces alcaldesa Mara Lezama dio la cara a la sociedad y precisó que esta acción fue ordenada por el Mando Único del gobierno del estado. Horas más tarde –hasta el momento no se sabe desde dónde- salió el gobernador encolerizado y con voz temblorosa del coraje, reviró que “no, que había sido la policía municipal”. Versión que nadie en la entidad le creyó.

¿Y por qué no le creyeron?

Porque durante años, Carlos Joaquín se encargó de promover e imponer el Mando Único policial en los 11 municipios, dejando en claro que toda acción sería dirigida por esa corporación, entonces encabezada por un tal Capella (de cuyo nombre no vale la pena acordarme), y ordenó el despido del jefe policíaco de Cancún.

Mara cedió, para entonces no podía ni le convenía entablar una discusión contra un gobernador furibundo.

Pero hoy las cosas son distintas, la moneda muestra la otra cara, y no sabemos si ese episodio será pasado por alto o no.

Lo importante hoy es que unos al fin se van y otros llegan con un compromiso tan grande como la confianza brindada por la sociedad en junio pasado.

Comienza el gobierno y el legado de Mara en el estado, una mujer que no viene de las filas de una política podrida. Una mujer profesional hecha con base en el esfuerzo, en el trabajo diario, en la brega del periodismo y ahora del servicio público…

El futuro de Quintana Roo pinta bien…

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