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TIRO DIRECTO
Rafael Martínez
Trenzados, verdaderamente enfrascados se encuentran los abogados de la presidenta municipal de Solidaridad, Laura Beristain, junto con la dirigencia nacional de Morena, y el gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín, en un pleito muy serio -con chispas que parecieran burla, realmente risibles-, cuyo desenlace aún parece lejano.
Y es que, luego del marranero en que se convirtió la elección del pasado 6 de junio en Solidaridad, tanto la alcaldesa, como la dirigencia nacional de Morena, acusaron al gobernador de encabezar un mega fraude electoral, con pruebas documentadas.
Lo gracioso del asunto es que el mandatario estatal denunció por ello ser víctima de “calumnias electorales”. Y aún más irónico resultó la sanción del Ieqroo y ratificada por el Teqroo, en contra de quienes resultaron afectados por esto que fue una crónica de un fraude electoral anunciado (y concretado), reafirmando así que ambas instituciones electorales no son más que simples dependencias al servicio del gobernador en turno.
Nos parece increíble que, luego de que la casa de la alcaldesa fue cateada arbitrariamente por agentes de la Fiscalía, el día de los comicios; después de detuvieron por varios días a morenistas hasta encarcelarlos, para después soltarlos con su respectivo “usted disculpe”; tras evidenciar cifras diferentes entre el Ieqroo y las sábanas electorales, y sin importar la existencia de urnas abiertas y pegadas con cinta canela, entre otras linduras, todavía se tenga la desfachatez de denunciar “calumnias electorales”.
“¡Caray, si sólo faltó ver a Carlos Joaquín corriendo por la Quinta Avenida con una urna en los brazos!” Es lo que se escucha en los cafés de este municipio.
De hecho el mismo Teqroo, repetimos: al servicio del gobernador, reconoció la existencia de diversas anomalías cometidas en la jornada electoral, con lo que bien pudo tirar la elección completa; pero no, los magistrados decidieron cancelar sólo 25 casillas, insuficientes para que Laura Beristain remontara.
Hasta ahí, los magistrados cumplieron las instrucciones, enviadas desde las oficinas de Bulevar Bahía.
Sin embargo, a los magistrados del Teqroo posiblemente se les olvidó algo antes de emitir un fallo sobre la supuesta e irrisoria “calumnia electoral”, y esto es, el derecho que tiene toda persona a la libertad de expresión, cuyo significado reza:
“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas, ya sea oralmente, por escrito, o a través de las nuevas tecnologías de la información, el cual no puede estar sujeto a censura”.
Esta columna no pretende ni pretenderá nunca erigirse como juez, porque no es su función. Pero el significado de “libertad de expresión” está más que clara, y aún más si a esto se le agrega que las acusaciones hechas por Beristain Navarrete y por los morenistas contra el gobernador, se emitieron después del proceso electoral, por lo que de ninguna manera cabría una denuncia por “calumnia electoral”.
El fraude en Solidaridad se veía venir, era bola cantada y se concretó. Se le pidió al gobernador que sacara las manos mucho tiempo antes de ese 6 de junio, y poco le importó, pudieron más sus intereses, sus ambiciones desmedidas que mantiene en el municipio de Solidaridad.
Hoy todo está en manos de los magistrados del Tribunal Federal en Xalapa, cuya visión y misión se espera mucho más coherente y apegada a la justicia.
Ya falta poco.