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AGUA QUE NO HAS DE BEBER
LAS DIANETAS
Por Dianela Puerto
Eliminar la concesión del servicio de agua potable y alcantarillado a Aguakán se ha convertido en una de las banderas políticas más recurrentes en el norte del estado. En cada elección, los candidatos prometen terminar con este abuso y cuando llegan al poder, hacen mutis, se acabó el tema.
Y claro que es una suculenta plataforma, una propuesta aplaudida por toda la población de esta zona de Quintana Roo que se sabe defraudada por una empresa que brinda un pésimo y caro servicio.
Todos sabemos que en el norte del estado (Cancún, Playa del Carmen, Puerto Morelos e Isla Mujeres) los pobladores consumimos el peor y el más caro servicio de agua del país, tan malo que no sólo no es apto para el consumo humano, sino que tampoco es apto para el consumo del inodoro, el cual hay que estarlo destapando por el sarro que le genera el líquido vendido por Aguakan.
Bueno, pues nuevamente, el tema de Aguakán fue tomado como estandarte por una senadora que pretendió la presidencia de Benito Juárez. Y le funcionó, de nueva cuenta la gente se lo creyó, aunque a la política no le alcanzó con esto para lograr su objetivo.
Se prometió pues una consulta ciudadana para el mismo día de las elecciones. La gente decidiría si Aguakán debe continuar o no. Todo parecía que la concesionaria tendría sus días contados, pero fue todo lo contrario:
El Gobierno de Carlos Joaquín volvió a traicionar a los quintanarroenses.
Y salió con el “exquisito y creativo” pretexto de que su gobierno no cuenta con los recursos para realizar una consulta.
No queremos suponer cuestiones de corrupción, de acuerdos en lo oscurito de la empresa con las autoridades –hoy y siempre-, no, por supuesto que no, no vaya usted a creer tal barbaridad en estos momentos de guerra contra ese flagelo social.
Pero lo cierto es que nadie quiere a Aguakán, y ni el gobierno “del cambio” y el de “la transformación” dicen nada.
Bien dicen que “agua que no has de beber, déjala correr”.